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El código postal no existe
Los cables de TV son muy importantes, de hecho, son prácticamente imprescindibles, pues sin ellos no podríamos recibir la electricidad que se convertirá en la imagen que formará nuestra serie o película favorita.
Aun así, existen muchos otros que no son obligatorios, pero que pueden ser realmente útiles a la hora de ampliar los usos que puedes darle a tu televisor.
En primer lugar, el cable de TV más tradicional es el cable de antena. Este es imprescindible para todas las televisiones del mundo, ya que proporcionan los datos necesarios para que tu dispositivo pueda proyectar las imágenes.
El cable HDMI permite establecer un tipo de conexión entre un dispositivo electrónico y tu televisor para poder transmitir audio y vídeo sin comprimir, incluyendo contenido de alta definición. De esta forma, se pueden visualizar las películas o las imágenes del primero en la pantalla más grande del segundo.
Todo esto se hace a través de un cable, pudiendo conectar tu consola, tu ordenador o incluso un proyector. Para configurar esta conexión, simplemente será necesario verificar la compatibilidad de los dos dispositivos y ver si es posible llevarla a cabo. Existen muchos tipos y versiones de HDMI.
En cambio, el cable USB tiene la finalidad de transmitir datos de un dispositivo a otro. En este sentido puedes utilizar este cable para pasar un archivo de vídeo a la televisión y, de esta forma, aprovechar todas las características de las dimensiones de la pantalla. Por otro lado, se puede utilizar para dar electricidad de un dispositivo a otro, por ejemplo, para cargar tu móvil, a partir de la electricidad entrante al televisor.
Por lo tanto, el cable de TV es algo imprescindible que, además, te permitirá conectar diferentes dispositivos con tu televisión y sacarle el máximo partido posible a la misma.