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Como todo el mundo sabe el frigorífico es el electrodoméstico que más gasta de todo el hogar. Su gasto se debe a la necesidad de tenerlo enchufado y encendido todo el día. Es por ello que, mantener una correcta temperatura del frigorífico es imprescindible. Ya que, de esa forma podremos ahorrar un poco en nuestra factura de la luz.
Sin embargo, muchas personas se preguntan a qué temperatura tienen que estar el frigorífico. Sobre todo, si lo que buscamos es mantener el máximo ahorro posible.
Esta pregunta tiene múltiples respuestas. Todo dependerá del lugar donde residas, la temperatura ambiente y el tipo de electrodoméstico que estés utilizando. Además, en primera instancia, la temperatura mantendrá un valor concreto para mantener la comida libre de bacterias, independientemente de la factura de la luz.
A continuación, veremos una serie de consejos para ayudarte a controlar de forma precisa, y eficiente, la temperatura del frigorífico.
¿Cómo ajustar la temperatura del frigorífico?
Regular la temperatura de nuestro electrodoméstico es muy sencillo, tan solo deberemos saber que tipo de termostato lleva integrado. Estos pueden ser digitales o manuales, en función de la precisión en la que puedes regular la temperatura del frigorífico:
- Termostatos digitales: Se caracterizan por ser muy sencillos. Únicamente necesitan que escribas los grados para comenzar a calcular y regular de forma precisa. Este tipo está, sobre todo, en los modelos más modernos. Aquellos con una pantalla digital o con un regulador interior táctil.
- Termostatos manuales: Estos, técnicamente son más sencillos, pero menos precisos. Los reguladores manuales son ruedas que varían el modo de frío desde 1 al 5, siendo el 1 el más caliente y el 5 la temperatura más baja. El problema, es que no te dan valores en grados, por lo que, a menos que vayas probando con un termómetro, no podrás confirmar los grados exactos.
Estas dos son las formas de ajustar la temperatura. Sin embargo, existen algunos otros aspectos que podemos, o no, controlar. Aunque, siempre podemos adaptarnos al máximo para lograr un ahorro, en la factura de la luz, mayor.
Cambios de tiempo estacionales
El calor y el frío de nuestro alrededor también puede afectar a las tareas de enfriado del frigorífico. Este, verá su esfuerzo mermado si el calor golpea con fuerza y, por el contrario, estará más aliviado si el frío es lo que se respira en el entorno.
Esto implica que durante verano el electrodoméstico necesitará una temperatura mínima entre 4ºC y 0ºC. De hecho, esta puede descender más en momento concretos, como una ola de calor intensa.
De la misma forma, durante invierno, donde la temperatura alrededor del electrodoméstico baja, este podrá reducir el esfuerzo que el frigorífico tendrá que hacer. En términos generales a lo largo de esta época podrá aumentar la temperatura hasta los 8ºC con una mínima de 2ºC.
En ambos casos, hay que tener en cuenta la temperatura y humedad que haga en el entorno. No es lo mismo el verano en las Islas Canarias que en Galicia. El tiempo varía considerablemente, y no solo en los grados que pueden llegar a hacer. Por lo tanto, generalmente, un frigorífico suele estar entre los 8ºC como máximo y los 2ºC como mínimo.
Consejos para mantener la temperatura de mi frigorífico ideal
El termostato del frigorífico no siempre es infalible como ya hemos visto. Existen una serie de características que no podemos controlar, como el tiempo que haga, aunque si podemos adaptarnos. A continuación, vamos a ver algunas variables que si podemos controlar y que contribuyen a mejorar el ahorro que tendrá nuestro frigorífico.
Ubicación del frigorífico
Como acabamos de decir, es muy susceptible a los cambios de temperatura del entorno. Por ello, recomendamos que ubiques la nevera lo más lejos posible de una fuente de calor. Esta puede ser cualquiera, un horno que usemos mucho, la placa de cocción, ya bien sea gas o vitrocerámica o un radiador.
Cantidad de comida y su orden
El frío que expulsan el frigorífico a su interior, no se mueve libremente, sino que choca contra los elementos que haya. Mantener una distribución correcta, coherente y que permita un reparto óptimo del aire frío que expulsa el electrodoméstico.
No romper la cadena de frio
Conservar la misma temperatura de forma constante es muy importante, esto ayudará a mantener todos los alimentos en perfectas condiciones. Sin embargo, en el caso de que llegase a entrar suficiente calor en el interior del frigorífico, este podría romper su cadena de frío.
Existen dos formas, principales por las que podemos ralentizar el enfriamiento de alimentos por parte de nuestro electrodoméstico:
- Dejar la puerta abierta en exceso: Los modelos más nuevos que cuentan con una alarma para avisar que el aparato lleva mucho rato abierto. Sin embargo, en otros modelos esto no es así y, por lo tanto, tendremos que seguir un método más tradicional. Normalmente, un minuto será el tiempo máximo que podemos mantener la puerta abierta.
- Almacenar alimentos muy calientes: Si el frigorífico está expulsando frío, pero introduces un elemento demasiados caliente, es posible que el calor sea tal que suba la temperatura de otros alimentos a su alrededor, rompiendo así la cadena de frío. Para evitarlo, lo ideal es conservar alimentos calientes fuera del electrodoméstico y esperar a que baje de temperatura.
Como puedes comprobar, si se rompe la cadena de frío, el frigorífico tendrá que utilizar más energía para mantener la temperatura exigida. De esta forma, aumentará la factura de la luz.
Ahorra con tu frigorífico nuevo
La mejor opción para no fallar con la temperatura de tu frigorífico es disponer de uno moderno. Un electrodoméstico con pantalla táctil, termostato digital y control de temperatura inteligente.
Actualmente, existen frigoríficos con buenas calificaciones energéticas que, no solo ofrecen las prestaciones más modernas, sino que también son muy eficientes y capaces de reducir tu factura de la luz.
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