Cada vez más, nuestras casas se equipan con más tecnología y electrodomésticos que nos facilitan el día a día. No somos conscientes de la evolución en la calidad de vida que esto supone, pero no hay más que mirar atrás y hacer una comparativa.
Hace tan solo 50 años, en la casa de nuestros padres había tan solo una lavadora, una nevera básica y un horno en el mejor de los casos. Eso suponía tener una cocina completísima y su uso era moderado.
Hoy, cualquier casa está equipada con estos electrodomésticos a los que sumamos el lavavajillas, el microondas, la cafetera, la campana extractora, la televisión… y toda la tecnología que conectamos en cualquier parte de la casa. Y en consecuencia nuestro nivel de vida aumenta significativamente, porque ahorramos tiempo y añadimos facilidad en las tareas del día a día, aprovechándo a máximo las horas del día, que cada vez, ¡parece que sean menos!
En esa comparativa, nos preguntamos ¿qué pasa con los consumos? Claro está que disparamos el consumo energético que tiene su efecto en las emisiones y en el medio ambiente, y es innegable que las tarifas eléctricas suben cada año y en consecuencia nuestras facturas son cada vez más caras. Entre otros efectos, cada vez más, la eficiencia energética de los electrodomésticos pasa a tener un impacto relevante en cualquier casa.
Qué son los electrodomésticos eficientes y cómo puedo reconocerlos
Un electrodoméstico eficiente es aquel que consume una cantidad inferior a la media de energía para realizar una actividad. La eficiencia energética busca proteger el medio ambiente mediante la reducción de la intensidad energética y habituando al usuario a consumir lo necesario y no más. Controlando así el gasto energético y las facturas de la luz.
Existe una normativa europea que obliga a los fabricantes de electrodomésticos a incorporar en los aparatos eléctricos una etiqueta energética que permita conocer de forma rápida su eficiencia energética.
Estas etiquetas se basan en un código de colores y letras que van desde el verde con la letra A (o A+++ si se trata del nuevo etiquetado energético) para los electrodomésticos más eficientes, hasta el rojo en la letra G (o D en los casos del nuevo etiquetado energético) con los electrodomésticos menos eficientes, es decir con mayor consumo de energía. Se acompañan de otros datos adicionales que clasifican al aparato desde el punto de vista de la aptitud para la función del producto (eficacia de aclarado, centrifugado, etc.)
La información que vemos en la etiqueta energética nos permite ver de forma sencilla su nivel de eficiencia energética. Esta etiqueta es obligatoria para cada uno de los electrodomésticos, por lo que nos resulta de gran ayuda para hacer una buena elección de compra.
Tal y como dice el propio Ministerio de Energía:
«Con el etiquetado energético se busca que los compradores de electrodomésticos, aparatos de climatización, o coches consideren la eficiencia energética como un factor más a tener en cuenta en la decisión de compra y al mismo tiempo promover el ahorro energético y la protección medioambiental.»
A lo largo de la vida útil del electrodoméstico, el gasto en luz puede ser varias veces mayor a su precio de adquisición. Un electrodoméstico eficiente es un electrodoméstico de bajo consumo, que a la larga es más rentable que uno más barato, pero que consume más electricidad. Así una lavadora de clase B consumiría más energía a la hora de ponerla en funcionamiento que una lavadora de clase A.
Hasta aquí, tenemos claro la clasificación, ¿pero cuánto ahorro real puede suponer un electrodoméstico eficiente?
Ahorra eligiendo alta eficiencia energética
Asociaciones como ANFEL (Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos) en favor de la eficiencia energética elaboran estudios en torno a los ahorros medios anuales que se conseguirían si sustituimos un electrodoméstico con una antigüedad de 5 a 10 años, por uno de clase A++ y A+++. Estos estudios arrojan datos como estos en los que vemos un gran ahorro tanto energético como económico anual en las facturas de luz.
Ponemos de ejemplo esta lavadora LG FH2U2VDN1. Es una lavadora pensada para las exigencias del día a día y para obtener siempre el mejor resultado en tus prendas y en las de toda tu familia. Con sus 9kg y 1200 rpm es perfecta para grande coladas, y tiene una gran variedad de programas de lavado, conexión NFC con la que añadir programas adicionales a través del móvil y autodiagnóstico. Como ves, es una lavadora completísima, con Motor Inverter Direct Drive con 10 años de garantía ofrecida por LG. Pero su punto fuerte es el ahorro. No solo ahorras agua por sus sistema de detección de carga automática que regula los niveles óptimos de agua, sino que también ahorras electricidad. Es una lavadora A+++ – 30%, y está en la cima de los electrodomésticos eficientes.
Sustituir una lavadora de 10 años de antiguedad por una nueva lavadora Balay A+++ -30% como ésta puede suponerte un ahorro de 72.88 euros en luz al año.
 |
|
Vemos como el ahorro en luz es significativo con los electrodomésticos eficientes. Este combi Siemens iQ300 KG39NXI4A en acero inoxidable antihuellas, es un combi de gran capacidad y que cuenta con las principales virtudes de un buen frigorífico: es súper eficiente, catalogado como A+++, y su cajón hyperFresh 0º permite conservar los alimentos más sensibles, las carnes, pescados y verduras, en perfectas condiciones hasta el doble de tiempo.
Sustituir unafrigorífico combi de 10 años de antiguedad por este de clase A+++ puede suponerte un ahorro de 112 euros en luz al año.
 |
|
Cambios en las etiquetas
La entrada en vigor de la etiqueta energética obliga a los fabricantes a introducir en el mercado productos cada vez más eficientes y al mismo tiempo, interrumpir la producción de aquellos otros menos eficientes.
Progresivamente van apareciendo clases energéticas más eficientes como: A+, A++ y A+++. Y vemos como los últimos modelos del mercado llegan a superar la etiqueta A+++ para dar paso a etiquetas como A+++-20% o incluso A+++-40%, que son más eficientes. Hoy en día, la mayoría de productos se encuentran en estas clases superiores, por lo que se reduce la eficacia del etiquetado.
Para que no nos hagamos un lio… El Parlamento Europeo ha aprobado la simplificación de la etiqueta energética de los electrodomésticos, volviendo a la escala inicial de la A a la G. La eficiencia de los modelos será la misma, pero comenzaremos a etiquetarlos de otra forma. ¡Esta simplificación nos ayudará aún más en la decisión de compra de nuestro electrodoméstico! ¡Te mantendremos informad@!
Me gusta