Pásate al A+++ para ahorrar
Existen siete etiquetas universales (A, B, C, D, E, F, G) que representan el consumo del electrodoméstico. Los más eficientes pertenecen a la categoría A y los que más consumen van acompañados de la letra G. Si tu frigorífico actual tiene más de 10 años probablemente sea de la clase D o inferior, renovar tu electrodoméstico a una categoría A puede suponerte un gran ahorro en las facturas de luz.
La etiqueta energética facilita además información del electrodoméstico como la capacidad de congelación y refrigeración o su potencia sonora:
Etiqueta de calificación energética para electrodomésticos a nivel europeo
Prácticamente la totalidad de los frigoríficos que se venden hoy en día llevan aparejada la etiqueta A. Pero existen cuatro clases en este grupo (A, A+, A++, A+++) que son en las que te debes fijar a la hora de elegir frigorífico. En teoría una nevera con categoría A+ consume un 20% menos que uno de clase A, uno de clase A++ un 40% menos y el más eficiente, uno de clase A+++ tiene un consumo un 60% menor a uno de clase A.
A menudo buscamos un frigorífico lo más económico posible y descartamos los electrodomésticos de alta eficiencia porque nos supone una mayor inversión. Lo peor de esto… es que terminamos pagando mucho más en facturas de luz.
El precio que pagas por un electrodoméstico A+++ lo amortizas en 3 años y con facturas de luz más económicas. Además, este tipo de frigoríficos tienen una vida útil más larga. En definitiva, si tienes un frigorífico antiguo, renovarlo por uno de etiqueta A+++ va a ser la mejor opción.