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Si estás pensando en comprar un radiador, lo primero es conocerlo. Estos aparatos están diseñados para calentar espacios pequeños o medianos, mediante la transferencia de calor.
El proceso es el siguiente:
Su funcionamiento es sencillo, pero tiene ciertas diferencias en función del tipo que sea. Por tanto, a la hora de comprar un radiador, te interesará saber qué tipos de radiadores hay:
Los radiadores eléctricos convierten la electricidad en calor a través de resistencias internas. A partir de ahí, el proceso es el ya mencionado, el aire se calienta y se transfiere a su alrededor.
Si lo comparamos con los radiadores de aceite, los eléctricos se encienden más rápido. Por otro lado, generalmente, no necesitan mantenimiento y pesan menos, por lo que son más ligeros.
Sin embargo, retienen menos el calor. De modo que, consumen mucha más electricidad, ya que tienen que estar constantemente encendidos para emitir calor.
Este segundo tipo utilizan un depósito de aceite térmico sellado para retener el calor y distribuirlo gradualmente al espacio a su alrededor. Este depósito no hace falta recargarlo ya que es un circuito cerrado.
En este caso, una resistencia eléctrica calienta el aceite y, el calor generado se transfiere a la estructura metálica exterior del radiador de aceite. La temperatura sube de forma gradual, incluso después de apagarse.
Son más robustos y pesados, y tardan más en comenzar a calentar. Sin embargo, son más eficientes, ya que consumen menos electricidad y mantienen el calor mejor, por lo que no tendrás que tenerlo encendido todo el rato.
Dependiendo del espacio que desees calentar, independientemente del tipo que vayas a comprar, tendrás que elegir una potencia mayor o menor.
Habitualmente, para habitaciones pequeñas lo mínimo que necesitarás son 500 W. Si buscas calentar habituaciones de entre 15 y 20 metros cuadrados, te recomendamos que ya pases a los 1000 W o 1500 W. Por último, si el espacio es mayor, tendrás que comprar radiadores de 2000 W o más.
Comprar un radiador eléctrico puede ser interesante, ya que es más manejable y rápido de encender. Aunque, también puede llegar a consumir bastante.
Estos tipos de emisores térmicos consumen el máximo de la potencia marcada, es decir, si el aparato tiene 1500 W de potencia, gastará 1500 W cada hora.
En el caso de los radiadores de aceite, la lógica es la misma, comienza consumiendo el máximo de potencia. Sin embargo, estos modelos, poco a poco van reduciendo los vatios que consume, aprovechando el calor del aceite térmico.